Muchos lo ven como una batalla entre David y Goliat. Esta semana comienzan en París las audiencias del proceso iniciado por Philip Morris International (PMI) –una de las mayores tabacaleras del mundo- contra Uruguay, uno de los países más pequeños de América Latina. PMI demandó al Estado uruguayo por considerar que sus políticas antitabaco están perjudicando comercialmente a la empresa.
La multinacional, con sede en Lausanne, Suiza, llevó su reclamo ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), dependiente del Banco Mundial, porque asegura que Uruguay viola un tratado de promoción y protección de inversiones que firmó con Suiza en 1998.
Se trata de la primera vez que una empresa tabaquera demanda a un Estado ante un foro internacional.
La filial de PMI en Uruguay afirmó a BBC Mundo que "por el momento Philip Morris no hará declaraciones" sobre el proceso de arbitraje.
No obstante, en comunicaciones anteriores la compañía expresó sus reparos por algunas de las medidas implementadas por Uruguay en su lucha contra el consumo de tabaco, como la decisión de prohibir las versiones "light" de los cigarrillos, que llevó a la tabacalera a tener que retirar siete de los 12 productos que vendía en el país sudamericano.
"Creemos que la eliminación arbitraria de las marcas no ha servido a los objetivos de salud pública y, en cambio ha llevado a los consumidores a cambiar por marcas locales o de contrabando", dijeron en marzo de 2010 fuentes de Abal Hermanos -la filial local- a la periodista de BBC Mundo en Montevideo, Verónica Psetizki.
Otra disposición objetada por PMI es la que obliga a que el 80% de la superficie de las cajas de cigarrillos muestren imágenes de advertencia sobre el riesgo de fumar.
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