Tokyo Electric Power Company, TEPCO, la empresa que maneja la planta nuclear de Fukushima, Japón, y el mayor proveedor de servicios públicos de Asia, registró una de las pérdidas más pronunciadas en la historia económica del país.
La planta de energía nuclear quedó inoperable tras el sismo y tsunami que devastaron el norte del país en marzo pasado y todavía tiene un escape de radiación.
El presidente de TEPCO, Masataka Shimizu, renunció para poder hacerse cargo de la crisis nuclear de la planta.
En enero, antes del desastre, la gigante empresa de servicios mantenía un buen desempeño y preveía percibir robustas utilidades al final de este año fiscal.
Pero el devastador impacto que tuvieron el terremoto y consecuente tsunami sobre la planta de Fukushima sumió a la firma en un déficit de más de US$15.000 millones.
Ninguna empresa por fuera del sector financiero en Japón había antes registrado semejantes pérdidas.
Limpieza y demandas
Éstas incluyen el costo de recuperar el control del escape de radiación -que podría demorar hasta el fin del año- y, eventualmente, el completo desmantelamiento de los reactores. También cancelará los planes que tenía para construir otros dos reactores.
El presidente Shimizu anunció su dimisión para encargarse de la limpieza de lo que se considera como el peor desastre nuclear desde Chernobyl, hace 25 años. Será reemplazado en la presidencia por el gerente general, Toshio Nishizawa.
Pero el total de pérdidas de TEPCO podrían terminar siendo mucho más grandes, señala el corresponsal de la BBC en Tokio, Roland Buerk.
La empresa fue severamente criticada por el manejo de la crisis y enfrenta demandas de compensación de 80.000 personas que fueron forzadas a abandonar sus hogares.
Según nuestro corresponsal, las indemnizaciones podrían superar los US$100.000 millones.
Ante esta perspectiva, TEPCO está vendiendo sus activos, reduciendo salarios y considerando despidos. Tampoco pagará dividendos a sus accionistas por el resto de año.
Aún así, advirtió que el deterioro de su situación financiera pone en duda que pueda continuar como una empresa viable.
El gobierno de Japón establecerá un fondo con dinero del contribuyente con el fin de evitar el colapso de esta empresa gigante.
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