En China, el cierre de varias fábricas de baterías debido al envenenamiento de personas podría traer aparejado un alza de precios en las baterías que emplean teléfonos móviles y hasta automóviles.
Cerca de 74 personas han sido arrestadas este año luego de que se conocieran versiones según las cuales más de 100 personas se han visto afectadas por envenenamiento con plomo y cadmio.
Según informes procedentes de ese país, varias plantas de baterías en las provincias de Zheijang, Guangdong, Fujian, Henan y Sichuan, en el sur del país, han sido clausuradas tras una orden del gobierno central para afrontar los problemas de contaminación con metales pesados.
Al parecer, la mayoría de las clausuras se ha producido en la provincia de Zheijiang.
Sin plazo fijo
Las plantas fueron cerradas para llevar a cabo estudios relativos a la seguridad de su funcionamiento.
Sin embargo, no quedó claro cuándo se autorizaría su reapertura.
Los fabricantes de baterías de plomo y ácido necesitan derretir el plomo refinado, lo que causa emisiones de alta toxicidad.
Se calcula que hay unas 500.000 toneladas de plomo refinado, tanto en bodegas públicas como privadas de China.
Algunos analistas han advertido que, de extenderse los cierres de las fábricas, podrían preverse alzas en las unidades recargables de teléfonos móviles y automóviles.
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