domingo, 29 de mayo de 2011

Desconocida, multimillonaria y controvertida: así es Glencore


Esta semana debutó en la bolsa de valores de Londres, Reino Unido, la controvertida compañía suiza Glencore y se convirtió en la primera empresa en un cuarto de siglo en entrar instantáneamente en el índice FTSE-100.

Glencore comercia materias primas de muchos países del mundo -desde petróleo, hasta trigo y papel- y opera en países latinoamericanos como Argentina, Bolivia, Colombia, Paraguay y Perú.

En diversas partes del planeta ha sido acusada de corrupción, evasión fiscal y delitos contra el medio ambiente, cosas que la compañía niega.

Según un informe especial de Reuters, publicado en febrero, "la enorme operación de carbón de Glencore en Colombia, Prodeco, fue multada con un total de casi US$700.000 en 2009 por varias violaciones medioambientales, incluidas la eliminación de residuos sin un permiso y la producción de carbón sin un plan de gestión ambiental".

Glencore aseguró que las violaciones ocurrieron antes de que adquiriera Prodeco y dijo que introdujo un plan de gestión ambiental a principios de 2010.

Un analista del sector petrolero ecuatoriano, Fernando Villavicencio, les dijo a los periodistas que el gobierno de Rafael Correa ha tratado de reducir el papel que desempeñan los intermediarios como Glencore con la empresa estatal Petroecuador.

"Glencore no ha sido transparente en sus negocios en Ecuador", dijo, según el informe de Reuters, titulado "La mayor compañía de la que usted nunca ha oído hablar".

Oferta pública inicial

Después de más de tres décadas de operar sin escrutinio público, Glencore hizo su oferta pública inicial en Londres el martes y una secundaria en la bolsa de valores de Hong Kong.

Según diversos analistas, ese día la compañía recaudó cerca de US$60.000 millones.

Se calcula que 485 de sus empleados ganaron por lo menos US$100 millones cada uno y que cinco de ellos recibieron una tajada de más de US$1.000 millones cada uno.

La fortuna de su director ejecutivo, el sudafricano Ivan Glasenberg, creció en más de US$5.000 millones, de acuerdo a los analistas.

Como hasta ahora Glencore no se cotizaba en el mercado internacional de valores, no tenía que publicar sus resultados contables trimestrales, algo que a partir de ahora tendrá que hacer.

Algunos de sus críticos han señalado que, con una mayor transparencia, también deberá aumentar su responsabilidad.

A raíz de la noticia de la oferta pública inicial se supo que un empleado y un ex empleado de filiales de Glencore han sido acusados en Bélgica de sobornar a un funcionario público.

"Incluso el prospecto de Glencore les advierte a los futuros inversionistas de los riesgos relativos a la corrupción. Dice que se debe a la escala y la geografía donde opera", le dijo a la BBC Almira Cemmell, de la organización no gubernamental internacional Global Witness, que se centra en exponer los vínculos entre la explotación de los recursos naturales y los conflictos y la pobreza.

"De ahora en adelante, podremos seguirlos más de cerca y esperamos que los investigadores gubernamentales también lo hagan", añadió.

Perdón presidencial

El periodista Simon Goodley, del diario británico The Guardian, le recordó a la BBC que "la compañía la fundó Marc Rich, quizás el comerciante de materias primas más conocido del mundo y alguien muy controvertido. No todos los días un empresario necesita un perdón presidencial".

Rich había sido acusado formalmente en Estados Unidos de evasión fiscal y de alcanzar acuerdos petroleros con Irán ilegalmente, en momentos en que diplomáticos estadounidenses eran rehenes en Irán, a finales de los años 70 y principios de los 80.

Rich, que había fundado Marc Rich & Co en 1974, estaba en Suiza cuando fue acusado y no regresó a EE.UU. Durante muchos años estuvo en la lista de las diez personas más buscadas por el FBI.

Según le dijo recientemente a la revista Forbes el periodista suizo Daniel Ammann, que lo entrevistó y escribió un libro sobre él, "Rich se enriqueció no sólo comprándole petróleo a Irán y vendiéndoselo a su enemigo acérrimo, Israel, sino que todas las partes lo sabían".

El perdón se lo otorgó Bill Clinton en 2001, durante su último día como presidente de Estados Unidos.

En 1994, Rich se vio obligado a venderle la compañía al ex comerciante de metales alemán Willy Strothotte, que cambió su nombre por Glencore.

Almira Cemmell, de Global Witness, le dijo a la BBC que Rich "no dejó Glencore por las acusaciones de corrupción y evasión fiscal sino porque no podía controlar el precio de las materias primas que estaban comerciando en ese momento y él le costó mucho dinero a la compañía".

Apostando al futuro

Las controversias de Glencore no cesaron con su cambio de manos y varias de las acusaciones de evasión fiscal y degradación ambiental son de la época post-Rich.

El actual presidente de la compañía, el británico Simon Murray, también ha sido blanco de acusaciones por comentarios que muchos consideran sexistas, como que la capacidad de las mujeres en las juntas directivas es limitada porque "no son ambiciosas en los negocios" y "las damas embarazadas toman nueve meses de vacaciones".

Murray también ha sido criticado por sus opiniones controvertidas sobre los emigrantes en Europa y acerca del empleo de personas en África.

Pero, más allá de las preocupaciones éticas, muchos inversionistas ven a Glencore con optimismo, ahora que se cotiza en el mercado de valores.

John Meyer, analista de materias primas en la empresa británica Fairfax, le dijo a la BBC que "irónicamente, porque Glencore se puede orientar en los mercados por todas partes, si los precios de las materias primas bajan, todavía se puede beneficiar de muchas formas, ya que adoptan posiciones en el mercado de futuros".

"Si ven que la dirección de la demanda está cayendo y que los precios pueden disminuir, entonces tienen la opción de actuar en el mercado de futuros para beneficiarse de esa caída de los precios", explicó.

Meyer dijo que muchos inversionistas consideran que Glencore es demasiado grande para fracasar.

"Si Glencore se hubiera derrumbado durante la crisis global habría sido una catástrofe enorme no sólo para los mercados financieros sino también para la distribución de materias primas en todo el mundo", concluyó.

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