domingo, 22 de mayo de 2011

Los viajes espaciales privados: ¿un sueño hecho realidad?


En un hall de entrada blanco brillante, con muebles curiosamente deformados que recuerdan a "Viaje a las estrellas", unos veinteañeros en pantalones cortos y camisetas pasan sin prisa, como si estuvieran yendo a ver a una banda de rock.

Aparcado fuera, bajo el sol brillante del sur de California, hay un coche deportivo Tesla con motor eléctrico.

Y hasta la dirección es estilizada: Número 1, Rocket Road, Los Ángeles.

Se trata de SpaceX, exponente de una nueva generación de empresas privadas que promete revolucionar los vuelos espaciales, y también redefinir los aspectos positivos del espacio.

Mientras entro, dos pensamientos acuden a mi mente:

En primer lugar, que los jóvenes son el equivalente moderno de la generación legendaria que puso al hombre en la Luna. Las corbatas de la era del Apolo y las reglas de cálculo han sido reemplazados por jeans y iPads.

En segundo lugar, es perfectamente posible que alguien nacido en 1958, como quien les habla, sea la persona más vieja en este edificio.

Nueva generación

Lo comprobé: hay algunos vejetes de la era espacial, pero la edad promedio es de apenas 28. Ni siquiera el jefe ha pasado la barrera de los 40 años.

Elon Musk, director de SpaceX, luce igual que muchos miembros de su equipo: camiseta negra y barba de tres días. Hizo su fortuna en internet, ¿dónde más? Fue uno de los fundadores del servicio de pagos en línea PayPal.

Ahora está ocupado no sólo con su negocio de autos eléctricos Tesla, sino también dirigiendo una de las más avanzadas empresas de vuelos espaciales comerciales.

El momento escogido no podía ser mejor: la agencia espacial estadounidense NASA está ansiosa de que sean firmas privadas las que se encarguen de lanzar transbordadores, hacer vuelos de carga y enviar astronautas a la Estación Espacial Internacional.

¿Pero por qué el espacio? ¿Qué es esto?

"Esto se remonta a cuando yo estaba en la universidad y pensaba en las cosas que más afectarían al futuro de la humanidad", señala Musk.

"Las tres que se me ocurrieron fueron internet, la transición a la energía sostenible y lograr que la vida fuera multiplanetaria.

"No esperaba estar involucrado en el tema espacial dado que parecía un dominio exclusivo de los gobiernos de las grandes potencias. Pero, gracias al capital obtenido por la actividad en internet, tuve la oportunidad de participar en la industria de los cohetes", explica.

Musk habla rápido, con pausas ocasionales durante las cuales su mirada se vuelve distante, mientras elabora un nuevo pensamiento. Da la impresión de tener una inteligencia feroz e impaciente, combinada con ingenio juvenil.

Nacido en Sudáfrica, Musk es licenciado en física y en economía de la Universidad de Pensilvania. Pero él sabe cuáles son sus prioridades.

"Yo pienso en mí realmente más como un ingeniero que como hombre de negocios. Si no fuera por esta empresa, no podría poner en práctica la ingeniería que quiero", dice.

El logro más espectacular de la compañía fue en diciembre pasado cuando uno de sus cohetes Falcon 9 puso en órbita la cápsula Dragon: fue la primera vez que una empresa privada realizaba una tarea de este tipo.

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