Luego de otra semana de protestas, renuncias y nombramientos y duras negociaciones en torno a la crisis financiera griega, le echamos una mirada global a la situación y le explicamos en qué punto está la situación que hace tambalear toda la zona euro.
1. División en la UE
Los líderes de la Unión Europea está en desacuerdo sobre si Grecia debería poder entrar en una suspensión de pagos, controlada y parcial, que llevaría a los bancos y fondos de pensiones a perder parte del dinero que le han prestado a Atenas. Alemania dice que sí, el Banco Central que no.
2. Fracaso del rescate
La cuestión surge después de que se comprobara que el primer rescate (110.000 millones de euros) no funcionara. Ahora Grecia necesita otros 85 mil millones de euros de la UE y el FMI, y tiene que vender al menos otros 30 mil millones en acciones porque ya prácticamente no puede continuar poniendo deuda en los mercados.
3. Más recortes
Para justificar un nuevo rescate, ambos bajo sus propias reglas y después de que los votantes en Alemania, Finlandia y Holanda expresaran su disconformidad, la UE insiste en implementar un nuevo paquete de austeridad, con un 10% de recorte del gasto público, un tercio en salarios estatales y privatizaciones por 50.000 millones de euros.
4. Papandreou acosado
Pero el primer ministro griego, George Papandreou, no ha conseguido pasarlo por el Parlamento. De hecho, la mayoría oficialista lo rechazó según salieron a la luz los detalles concretos y aumentó la presión pública. Para solucionarlo, ofreció formar un gobierno de unidad nacional a Nueva Democracia, oposición de centro derecha que rechazó la oferta. Luego propuso su dimisión a cambio de que el nuevo gobierno firme el plan de autoridad, pero no convenció a nadie.
5. Adiós a la estabilidad
Ahora, el único factor de estabilidad en la crisis del Euro ha desaparecido. Los burócratas europeos están ocupados en los términos y condiciones del rescate, pero los interlocutores confiables han desaparecido: incluso con el nuevo gobierno del jueves, ¿cómo puede la UE negociar si no hay garantía de que todo el espectro de medidas de austeridad puedan pasar por el parlamento griego?
6. El descuento está hecho
Por esto, los mercados ya dan por descontado una dura suspensión de pagos. Para ellos, de 50% a 70% del dinero ya está prácticamente perdido.
7. Crisis de crédito
Pero en el momento de plasmar eso en los libros de contabilidad, se va disparar una "cuestión de crédito" para los que estiman el valor y aseguran la deuda soberana. Esto instantáneamente despertará la aversión al riesgo entre la gente: adoptarán la estrategia de deshacerse de los activos en riesgo y se podría llegar a un punto en que los bancos se nieguen a prestarse entre ellos. Eso es una crisis de crédito, precisamente lo que temen los europeos. Si se da, tendrá un impacto negativo en toda la economía mundial.
8. Permitir la suspensión de pagos
¿Cuál es la posición de repliegue? Dejar que Grecia entre en suspensión de pagos -caótica o no- pero usar el dinero de los contribuyentes en rescatar a los bancos afectados en el norte de Europa. Eso es lo que la elite política alemana está considerando. La gente de los mercados está preocupada por Dexia, un banco belga que podría ser duramente golpeado, los que haría que el próximo problema se considerar sea... la deuda soberana belga.
9. Los perjudicados
¿Quién va a perder? Cualquier fondo de pensiones o entidad financiera que le haya prestado dinero a Grecia, y los bancos y presupuestos del país. Atenas, si se sale del euro, también se verá forzada a implementar planes de austeridad, aunque al menos tendrá soberanía económica completa, lo que ahora no pasa.
10. Las alternativas
¿Hay alternativa? Sí, un Plan Marshall para Europa donde los contribuyentes alemanes, franceses y británicos envíen dinero voluntariamente a Grecia, Irlanda y Portugal, apuntalar sus bancos, sostener las finanzas del país, darle tiempo para hacer reformas estructurales. A cambio, estos recuperarían el control efectivo de la economía del sur de Europa e imponer un único régimen tributario y de gasto público en toda la Eurozona. Otra alternativa es dejar que salga del euro a la Europa periférica y reconstruir la unión monetaria con Dinamarca y Suecia como una especie de zona económica de noche oscura de inverno. Los políticos hacen que en realidad todo este punto 10 no tenga la más mínima posibilidad.
11. Los comodines
¿Hay un comodín? Sí, el pueblo griego. Ellos no aceptarán ningún nuevo plan de austeridad y tendrán éxito en la resistencia. Esto le dará ideas a Irlanda y Portugal. Otro comodín es la miopía de la elite de la Eurozona. No está claro si realmente entienden los puntos uno a diez.
1. División en la UE
Los líderes de la Unión Europea está en desacuerdo sobre si Grecia debería poder entrar en una suspensión de pagos, controlada y parcial, que llevaría a los bancos y fondos de pensiones a perder parte del dinero que le han prestado a Atenas. Alemania dice que sí, el Banco Central que no.
2. Fracaso del rescate
La cuestión surge después de que se comprobara que el primer rescate (110.000 millones de euros) no funcionara. Ahora Grecia necesita otros 85 mil millones de euros de la UE y el FMI, y tiene que vender al menos otros 30 mil millones en acciones porque ya prácticamente no puede continuar poniendo deuda en los mercados.
3. Más recortes
Para justificar un nuevo rescate, ambos bajo sus propias reglas y después de que los votantes en Alemania, Finlandia y Holanda expresaran su disconformidad, la UE insiste en implementar un nuevo paquete de austeridad, con un 10% de recorte del gasto público, un tercio en salarios estatales y privatizaciones por 50.000 millones de euros.
4. Papandreou acosado
Pero el primer ministro griego, George Papandreou, no ha conseguido pasarlo por el Parlamento. De hecho, la mayoría oficialista lo rechazó según salieron a la luz los detalles concretos y aumentó la presión pública. Para solucionarlo, ofreció formar un gobierno de unidad nacional a Nueva Democracia, oposición de centro derecha que rechazó la oferta. Luego propuso su dimisión a cambio de que el nuevo gobierno firme el plan de autoridad, pero no convenció a nadie.
5. Adiós a la estabilidad
Ahora, el único factor de estabilidad en la crisis del Euro ha desaparecido. Los burócratas europeos están ocupados en los términos y condiciones del rescate, pero los interlocutores confiables han desaparecido: incluso con el nuevo gobierno del jueves, ¿cómo puede la UE negociar si no hay garantía de que todo el espectro de medidas de austeridad puedan pasar por el parlamento griego?
6. El descuento está hecho
Por esto, los mercados ya dan por descontado una dura suspensión de pagos. Para ellos, de 50% a 70% del dinero ya está prácticamente perdido.
7. Crisis de crédito
Pero en el momento de plasmar eso en los libros de contabilidad, se va disparar una "cuestión de crédito" para los que estiman el valor y aseguran la deuda soberana. Esto instantáneamente despertará la aversión al riesgo entre la gente: adoptarán la estrategia de deshacerse de los activos en riesgo y se podría llegar a un punto en que los bancos se nieguen a prestarse entre ellos. Eso es una crisis de crédito, precisamente lo que temen los europeos. Si se da, tendrá un impacto negativo en toda la economía mundial.
8. Permitir la suspensión de pagos
¿Cuál es la posición de repliegue? Dejar que Grecia entre en suspensión de pagos -caótica o no- pero usar el dinero de los contribuyentes en rescatar a los bancos afectados en el norte de Europa. Eso es lo que la elite política alemana está considerando. La gente de los mercados está preocupada por Dexia, un banco belga que podría ser duramente golpeado, los que haría que el próximo problema se considerar sea... la deuda soberana belga.
9. Los perjudicados
¿Quién va a perder? Cualquier fondo de pensiones o entidad financiera que le haya prestado dinero a Grecia, y los bancos y presupuestos del país. Atenas, si se sale del euro, también se verá forzada a implementar planes de austeridad, aunque al menos tendrá soberanía económica completa, lo que ahora no pasa.
10. Las alternativas
¿Hay alternativa? Sí, un Plan Marshall para Europa donde los contribuyentes alemanes, franceses y británicos envíen dinero voluntariamente a Grecia, Irlanda y Portugal, apuntalar sus bancos, sostener las finanzas del país, darle tiempo para hacer reformas estructurales. A cambio, estos recuperarían el control efectivo de la economía del sur de Europa e imponer un único régimen tributario y de gasto público en toda la Eurozona. Otra alternativa es dejar que salga del euro a la Europa periférica y reconstruir la unión monetaria con Dinamarca y Suecia como una especie de zona económica de noche oscura de inverno. Los políticos hacen que en realidad todo este punto 10 no tenga la más mínima posibilidad.
11. Los comodines
¿Hay un comodín? Sí, el pueblo griego. Ellos no aceptarán ningún nuevo plan de austeridad y tendrán éxito en la resistencia. Esto le dará ideas a Irlanda y Portugal. Otro comodín es la miopía de la elite de la Eurozona. No está claro si realmente entienden los puntos uno a diez.
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