domingo, 3 de julio de 2011

Grecia está en venta: ¿quién la compra?


Lo más extraordinario fue que la bolsa de Atenas terminó la semana con subidas. Sólo el martes, fue de un 4%.

¿Por qué alguien querría comprar en Grecia justo cuando se aprueba un plan de austeridad que básicamente garantiza que la economía caerá en más de un 3%, llevará el desempleo al 15% y ofrece al país pocas esperanzas de recuperación al corto plazo?

Y no olvidemos que en la medida que el Producto Interno Bruto retrocede, crece el déficit medido en porcentaje del PIB, lo que en teoría hará que se requiera un nuevo programa de autoridad que frenará la economía y hará que vuelva a crecer el déficit, y así hasta el infinito.

La palabra "crecimiento", tan querida por el corazón de los inversores, brilla por su ausencia.

Si los planes de austeridad se implementaran al completo –y hay poca confianza en que eso pase– los impuestos subirán y el gasto se quedará en los huesos.

El tercer aspecto, es la privatización, diseñada para obtener más de US$70.000 millones en cinco años. Más de US$20.000 millones sólo en el bienio 2011-2012.

Viendo que el gobierno griego no consiguió vender US$10.000 millones en tiempos de bonanza (2004-2008), las oportunidades son que una subasta sólo consiga poner algo en el mercado con precios por debajo de escandalosas ofertas.

¿Nueva escoba?

Aunque con la privatización se puede conseguir algo más que llenar las vacías arcas estatales. Jamie Stewart, director del centro de investigación independiente Eden Financial, opina que hay "obviamente una ventaja en tener fondos conseguidos de las ventas, pero también en una nueva forma de gestión de la infraestructura de estas enormes compañías, hacerlas volver a crecer y que contribuyan con impuestos".

El gobierno anunció la venta "inmediata" del grupo de telecomunicaciones OTE, correos, los puertos de Atenas y Tesalónica y la compañía pública de aguas en Tesalónica.

Deutsche Telekom ya poseía el 30% de OTE. En 2008, el gobierno le ofreció otro 10%.

La multinacional alemana no debería estar tentada en ampliar su participación en una empresa cuyos beneficios netos cayeron un 54% en el primer cuarto del año. Pero, de nuevo, no se puede culpar al gobierno griego de tratar de ingresar los casi US$600 millones que podrían valer esas acciones de OTE.

Vender bancos puede ser algo más problemático. Tienen una débil posición en el mercado y para salir adelante necesitan inyecciones de capital.

El Banco Agrícola de Grecia tiene el terrible honor de haber fracasado en las primeras pruebas de estrés de las entidades financieras europeas, lo que dio una costosa muestra de su precaria salud.

Bonanza de infraestructuras

Las empresas de aguas, los puertos y algunas de las empresas de materias primas pueden conseguir más compradores, a pesar de que todas tienen sindicatos muy organizados, algo que no ven bien los potenciales nuevos dueños con tendencia a recortar costos.

La más desalentadora es la Empresa Pública de Energía de Grecia, que carga con una sucia red de centrales alimentadas con lignito.

En dos años, se enfrentará a las enormes facturas por los certificados de emisión de carbono de la Unión Europea. Y sus sindicatos son tan duros como cualquier otro en el país.

Pero del otro lado, el agua ha comprobado ser menos problemática, especialmente con potenciales inversores, como Veolia Environment y Suez Enviroment, que tienen experiencia en economías volátiles y a menudo en medio de batallas contra privatizaciones.

El gobierno también pretende vender el 49% de su presencia en el grupo ferroviario OSE, que podría resultar atractivo para inversores extranjeros, siempre y cuando el gobierno se haga cargo de los US$10.000 millones de su deuda y las libre de algunas de las líneas "sin ánimo de lucro".

En venta, también, estarán algunas de las empresas deficitarias en el sector de defensa, sobre las que hay informes de interés en EE.UU., Israel y Alemania, si la administración asume parte de su deuda.

Se busca jugadores

Tal vez el candidato más atractivo para los inversores internacionales sea la compañía estatal de apuestas y loterías, la empresa europea más grande del sector y que gestiona nueve casinos, un operador de carreras de caballos y las loterías.

En total, sus ingresos en 2008 fueron unos US$12.600 millones y tiene el monopolio de las apuestas deportivas y las loterías hasta 2020.

Y, hablando de juegos, muchas de las propiedades olímpicas van a ir a la subasta, también, y su construcción jugó un papel que no es insignificante en meter a Grecia en todos estos problemas.

Aunque las ventas de propiedades están llenas de obstáculos legales: el primero, la ausencia de un registro de tierras confiable y centralizado.

Lo que significa es que el gobierno podría acordar la venta de un pedazo de tierra y se tarde años de retrasos y peleas legales para hacerlo efectivo.

Y eso se puede decir de todo el proyecto de privatización.

La escalada de alivio vivida en los mercados internacionales tras la aprobación del paquete de austeridad en Grecia lleva a preguntarse quiénes son los inversores que se han lanzado a comprar.

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